Los misteriosos petroglifos ocultos en la Sierra de los Filabres


Los petroglifos son registros de actividad humana, diseños simbólicos, en forma de grabados esculpidos en roca realizados desgastando su capa superficial por medio de tres técnicas diferentes. Por su temática los hay abstractos, geométricos y figurativos.

Son considerados como arte rupestre, que incluye cualquier imagen grabada o pintada (pintura rupestre) sobre superficies rocosas que registren rastros de actividad humana antigua. Constituyen el más cercano antecedente de los símbolos previos a la escritura. Su uso como forma de comunicación puede llegar hasta los tiempos modernos en algunas culturas y lugares. Esto es precisamente lo que sucede en la Sierra de Filabres, donde hay petroglifos de las edades del cobre, del bronce, de la edad media e incluso de la edad moderna.

Los petroglifos de la Sierra de Filabres se encuentran por toda la comarca en, al menos, ocho municipios.

En los últimos cinco años, en la sierra de Filabres el número de estaciones conocidas con petroglifos ha experimentado un aumento sustancial gracias al trabajo de dos jóvenes ingenieros de la zona (José Luis Rubio Cid y Antonio Joaquín Campillo Rueda), que se han dedicado a localizarlas y estudiarlas con tecnologías muy novedosas.

Existen numerosos yacimientos de arte rupestre en la sierra de los Filabres que demuestran la importancia que esta zona tuvo para el hombre durante la prehistoria, y que se localizan en todos los municipios de la comarca. Aparecen vestigios del arte rupestre desde el paleolítico hasta el Medievo.

Siendo un conjunto de arte rupestre de evidente importancia, hay que recordar los grabados rupestres más conocidos de la Sierra de los Filabres, destacando los grabados rupestres de Piedras Blancas (Las Tres Villas). Conocido como la yegua de Escullar, representa la figura completa de un caballo mirando hacia la derecha.

Por otro lado, los grabados rupestres de Piedra Labrá (Chercos). Es un monumento histórico compuesto de dos rocas con diversos paneles que contienen numerosos grabados.

Si nos retrotraemos en el tiempo, comprobamos que estas tierras han sido ocupadas desde la Prehistoria por diversas sociedades. Hombres y mujeres, que vivían en abrigos naturales, utilizaban instrumentos de piedra, tuvieron una vinculación espiritual con estas montañas y realizaban pinturas y grabados rupestres al aire libre.



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