Según los
investigadores, existe un riesgo del 100% de que un tsunami afecte las
costas europeas "en los próximos 30 años”, según la Comisión
Gubernamental de Océanos. Este sería especialmente el caso del lado del Mar de
Alborán, una zona donde la actividad sísmica es significativa. Se podría formar
un tsunami en las costas desde Valencia hasta Málaga pero también cerca de las Islas Baleares.
En el
Mediterráneo español, las mayores probabilidades de que se produzca un tsunami
proceden de la falla marina de Averroes, situada en el mar de Alborán. El dato procede de un
estudio publicado por el CSIC en el cual se apunta que no solo las fallas
normales e inversas serían capaces de provocar un tsunami, si no, también, como
es el caso, las fallas de salto en dirección. De hecho, según sus autores, las
olas provocadas por un terremoto en la falla marina de Averroes podrían
alcanzar los seis metros de altura y tardarían en llegar a la
costa entre 21 y 35 minutos.
Según la
Comisión Gubernamental de Océanos, es urgente implementar un sistema de alerta
de tsunamis para proteger contra estos eventos, sabiendo que los tsunamis
pueden impactar todas las zonas costeras del mundo. Muy destructivos, son
una amenaza para la humanidad y no deben tomarse a la ligera.
Teniendo en
cuenta que la mayoría de las teorías se basan en un periodo de retorno de 300
años y que fue en 1755 cuando un maremoto en Huelva y Cádiz dejó miles de
personas muertas y alrededor del 80% de los edificios destruidos, faltarían
menos de 30 años para que se repitiese un episodio similar.
¿Va a
ocurrir? Sí. ¿Cuándo? No lo sabemos. Pero, si ocurre, vamos a estar en
una situación de emergencia sin precedentes.
En España existe un Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos en el que se señala los puntos que peores consecuencias sufrirían en caso de producirse un gran terremoto en el fondo marino.
Apenas somos conscientes del riesgo que se corre estando en el límite del contacto de dos placas tectónicas, la eurasiática y la europea y todo lo que ello conlleva.
Los tsunamis son episodios demasiado rápidos para que los sistemas de alerta temprana actuales funcionen con éxito. Estos hallazgos indican que el potencial para generar tsunamis de las fallas de salto en dirección debe tenerse en cuenta para la reevaluación de los sistemas de alerta temprana de tsunami.
Aunque la
península ibérica está en una zona de riesgo moderado, el Mediterráneo es la
segunda zona más activa del mundo, con el 5% de los terremotos mundiales. Y
Andalucía es la zona de mayor recurrencia de seísmos en España, por la
interacción de las microplacas de Alborán e Ibérica con la
placa Africana.
El verdadero
problema radica del acercamiento entre la placa eurasiática y la africana. Que
según los expertos lo estarían haciendo en 5 mm al año. Eso renueva
la morfología del suelo submarino y puede llevar a la creación de nuevas
fallas. Y eso es precisamente lo que ha sucedido en el Mar de Alborán.
De hecho,
con el descubrimiento de la falla de Al-Idrissi, se pudo determinar que de ella
procedió el mayor terremoto registrado en el último lustro en el Mar de
Alborán, en enero de 2016, de 6,4 grados y que se sintió desde el norte de
África a prácticamente todo el territorio de las provincias almerienses y
granadinas.
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